martes, 29 de mayo de 2012

CARLOS ZERPA Y SUS BALAS DE PLATA 


El Maestro del arte no convencional, quien ha tomado simultáneamente Caracas y Valencia, regresa a ésta; su ciudad de origen, para deleitarnos con una muestra brillante, llenando por completo La Galería Universitaria Braulio Salazar.

Dos pisos de cuadros e instalaciones. En el primer piso la obra consta de composiciones hechas con objetos comunes, que dada su precisa colocación sobre los cuadros forman un excelente dominio del color transmitido directamente por el objeto en su justo valor y peso, cuchillos, monedas, discos compactos, discos de acetato, falsa pedrería, tazos, juguetes de plástico, pedazos de espejos, relojes, cucharas, inyectadoras, botellas partidas, sacos de harina adoptados como fondo, crucifijos y hasta la portada de un dvd pirata de la afamada cinta de Tarantino Pulp Fiction, se distinguen en un imaginario donde el artista expresa una suerte de violencia soterrada, presente en la cultura religiosa.

Me sorprenden mucho los cuchillos cuya empuñadura está formada por monedas sobre cruces de madera.  También sorprenden los títulos de esta serie al cual  Carlos Zerpa ha llamado con cariño Santos Mutantes, entre ellos se distingue un retrato formado completamente por monedas fuera de circulación,  la instalación que consta de un taxi cuya parte superior fue cortada y colocada sobre una arenilla que contiene un pala y botellas de cerveza, como si retratara la realidad social de los que ejercen dicho oficio en el país; junto al mismo 2 pequeñas cabinas con cráneos forrados completamente por unas pequeñísimas estampas del Divino Niño y el Sagrado Corazón de Jesús, y en ellas una suerte de repisa de madera sostiene sobre ellas la tradicional señal distintiva de taxi que identifica los autos que prestan el servicio.


El segundo piso de la galería, contiene la continuidad de lo que ha sido una larga trayectoria dentro de lo que es la pintura plana en Venezuela. El artista se muestra sincero con sus temas de preferencia sin dejar de lado la identidad de su entorno, pero sin negar sus preferencias a la hora de abordar el oficio; a ratos frente a sus pinturas tuve la sensación de un estado lisérgico en el Desierto del Mojave. Donde tantas veces su ídolo Frank Zappa llegó a componer melodías que adelantaron en estilo y expresión, tiempo atrás, al famoso cuarteto de Liverpool.

Un lenguaje honesto y directo pero rico en texturas, detalles y juegos de color en donde destacan sus toros y venados, entre otros juegos psicológicos, personajes de Lucha Libre Mexicana, pero también El Venerable José Gregorio Hernández, Cestas de Tomates y las 3 instalaciones que yacen en el Nivel Superior; Entre estas se encuentra una virgen rodeada completamente de botellas vacías, unos remos colocados a igual distancia uno de otro y reclinados sobre la pared descansando en un suelo de arena donde están seis calaveras negras y plateadas, dicha analogía, para mí, no pudiese decir más acerca de la violencia en la que vivimos sumidos y de cómo “al remar” nos resistimos a ella.

Otra instalación al final del pasillo contiene una mesa de ping pong en cuya malla descansa un cerro de azúcar que simula la cocaína, con 2 cruces en un tipo de invitación a jugar un peligroso rato. Zerpa demuestra inteligencia y humildad al no mostrar la indefensión a culturas foráneas y por el contrario les da el tratamiento de expresar con tino la manera en que dichos iconos, aunque extranjeros, afectan su vida y la cosmogonía de nuestra región.

sábado, 7 de abril de 2012

Poemas de Simonny Azul Urdaneta

I

Las manos de mis hombres
me hacen pequeña como mi cuarto

cuando chupo mi rodilla
y los miro desde abajo

ninguno tenía los ojos
tan grandes como mi padre


II

Mi saliva ahora
corroe tus ojos
se traga tu pupila
ya conozco tu miseria

el lanzallamas
con el que no me apuntaste
lo lamo entre los cactus de tu pubis
descubro tus amantes

tus pensamientos terminan
en la última gota de semen
donde comienzan los míos


III

La mujer que cose mi ropa
tiene manos de pájaro

nos descalza
mientras pasan 
ríos
entierros

nadie se mueve
del lugar que prometimos

en noches de lluvia
se ven sus garras sin palma

nos quedó
caminar desnudos


IV

Ahora me revuelco
en mis sueños infantiles

las promesas de mi madre

somos
lo olvidamos

el camino del origen

una pantera un conejo
besándose

en días de emprender viajes
cuando escuchas las rosas

nunca le pregunté a mi príncipe
si era bisexual 

los cuentos de hadas
no hablan de sexo

lunes, 26 de marzo de 2012

MICRORRELATOS DE RICHARD SABOGAL

Frente al autor que nos ocupa, sumido en la lectura de estos microrrelatos de Richard Sabogal, cuya suerte tuve de presenciar mientras se escribían, surge una extraña sensación de vértigo; no se trata de un juego de aciertos y desaciertos, está mucho más allá de eso, el autor nos toma por embargo, cabalgan sobre estas páginas una suerte de nausea, a la que es difícil resistirse, en dicho momento, podemos elegir algún placebo o placer amargo que nos acompañe en la aventura. El caso, permitir semejante asalto y quedarnos sin nada, para darnos cuenta que somos deudores de los males que denuncia y saber hasta que punto habrá una violencia soterrada al resistirnos, con piel de vorágine o bien dejar que ejerza sobre nosotros su dictamen y palabra.

Sabogal toma el lápiz como un herramienta con que nos esculca, ya que, el reprender no es más que otra forma de amar, yace entonces para ocupar un sitial más adelante del castigo y la ira, como la paradoja del dios Shiva, Sabogal destruye para sustentar, mantener y ¿por qué no? crear un lugar para algo nuevo. La Muerte Disfruta Su Propia Inseguridad, plasma la idea de su construcción, muy permeada de lo que es su labor periodística, valiéndose de herramientas como la intervención de ciertos titulares, la imaginación dando suelo a una nueva y realística forma de ejercer la literatura.

El peor pecado, mantener una indiferencia frente a lo escrito, cosa que es imposible, dada la calidad del discurso, su diálogo con el fuego es una explosión de una fuerte y sentida carga social. Cada escena, cada portal situacional llama a la reflexión por desgarrador que parezca. La paradoja de un libro ante el cual la principal premisa sería someternos o resistirnos, lo cual daría lugar irremediablemente a una violencia más irónica ante lo que se halla escrito, la violencia de resistirnos a lo presente.

También cabe resaltar entre líneas la aparición de la figura del poeta a través de la diversas situaciones, con la cual no sabemos, si es un intento desesperado por albergar una esperanza o si se trata de él mismo que ha decidido vivir en su propia construcción, dado su sentido de bohemia, figura ante la que lo mejor es permitir que el propio lector resuelva el misterio a su manera. Acosados u acusados por este pionero del género del relato corto en Venezuela.

La crisis social se pone en evidencia desde la primera página, tenemos un gran abanico del cual escoger la sintomatología: Indigencia, crimen, matanza, violación, incesto, acoso sexual, suicidio, homicidio, aborto y la pérdida de un sentido religioso fidedigno figuran entre muchas otras.

No se trata de infringir normas o de una flagelación sin sentido, Richard ha protestado desde su palco y lo menos que le debemos, es comprender su sensibilidad, que no se ha apartado ni por un segundo de estas páginas, sobre las cuales su hacer vanguardista nos permita ir y volver sobre cada uno, a la vez que entretiene y apela a un juego necesario; nuestra conciencia colectiva y su despertar, en un caso más urgente, cuando menos su uso. Pienso que allí es donde radica la fuerza de este material, más que una crítica, la fuerza de un llamado al colectivo desde las bases. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Acercamiento A La Obra De Ennio Tucci

REMEMORANDO LA NIÑEZ APARENTEMENTE OLVIDADA 


A quién hay que matar para vivir lleva por título la obra.


La poesía de Ennio Tucci contiene la facultad de trasmitir emociones paralelas que se convierten en una sola sensación: vacío de la realidad que somos todos y ocultamos con nuestras mascaras. A quien hay que matar para vivir poemario del autor a reeditarse próximamente con Ediciones Madriguera. Abre las puertas de versos con el poema de chocolate donde en pocas líneas descubrimos cual es el ritmo de esta obra con voz propia.


Me dicen que de la poesía no se vive


que me moriré de hambre


que no puedo cambiar mis poemas en el supermercado


que no me darían un kilo de harina o de azúcar o de sal;


me dicen que de la poesía no se come


que los poetas somos unos muertos de hambre


que sólo queremos llegar al status quo


que la poesía no nos sirve para nada más;


A partir de allí, de manera vertiginosa, sucumbimos a una serie de poemas que le dan fuerza al título, donde por momentos el corazón se nos encoge, cuando vemos a un hombre recordando su infancia, pidiéndole perdón a su hermana pequeña que busca jugar, mientras él sólo piensa en trabajar y eliminarle un poco los vacíos al interior de la nevera. Nos conseguimos ese juego donde el poeta siempre quiere poder jugar como niño, pero le toca jugar a ser grande.


Dentro de esta nostalgia encontramos un humor intrínseco, una burla a su propio ser, una ironía de la realidad. Sus poemas, en la mayoría, son con finales abiertos, simplemente finalizados con un punto y coma, semejan que es una abertura de la profundidad del bardo, que salpicó en la hoja y es el poema, pero que luego de ese aparente final hay una infinita continuidad de versos que nos muestran quien es Ennio.


La pobreza, la nostalgia, la resignación se palpan entre los aparentes poemas de humor


Ando siempre con mis propios pies y no puedo


quejarme


pero en las noches reviso los bolsillos de mis


pantalones


y cuento las monedas que me quedan


porque hay que recibir al día siguiente.


A veces este que soy se enamora


entonces las tripas le suenan,


se retuercen y eructa


y se le hace agua la boca;


pero no puedo invitarte un café


y se me arruga la garganta


hasta que el sol se pone


y regreso otra vez derrotado


contando las monedas para el día siguiente…


La niñez añorada es lo que resalta con mas preponderancia dentro de la poesía de Ennio, pero no visto como el hombre que nunca terminó de crecer, sino como un poeta maduro que se resignó a ser un adulto completo y derecho, pero en el fondo desea esa infancia perdida años atrás. La podemos ver en la resignación a la entrada al trabajo, cosa que millones de personas padecen, en la cabeza baja cuando se entra a la empresa donde se está contratado a cambio de un quince y ultimo, en la frialdad emocional por no disfrutar lo feliz hasta el paroxismo y llorar hasta el ahogo  lo lamentable.


Uno de sus poemas de la niñez nos hace recordar una de nuestras golosinas favoritas: las tetas frías.


Yo también se las chupé


las de coco y las de mango,


las mordí sin piedad


mis dientes se clavaban en ellas


y luego quería una más y otra y otra…


Era lo mejor de estar aquí…


Con la tabla de multiplicar


leyendo el diario a diario


resolviendo crucigramas


haciendo ejercicios con los dedos


estirando y torciendo para mejorar mi grafía


siempre indescifrable


se las chupaba a diario


de mañana y de tarde la visitaba…


Pero también nos lleva a ver la violencia que atosiga la sociedad


Cómo esquivar una bala


él tampoco podría esquivar mi palabra


pero mi palabra puede no matarlo.


Qué palabra me salvaría la vida


golpearlo o hacer que baje el arma.


Qué palabra es capaz de trabar la pistola.


¿Qué decir?


Darle la cartera con la cédula y las fotos,


darle el celular y el libro de Juan Gelman,


darle los cinco bolívares del pasaje de mañana


y luego llamar al trabajo para avisar que llegaré tarde,


responder a sus preguntas o no decir nada.


Este poemario próximo a salir, es una obra que como dice el poeta César Seco, posee luz propia, “un poeta joven que es un valor incalculable para la poesía venezolana”  realidad indiscutible de un bardo que posee un ritmo propio, que no imita poetas de otras generaciones sino que consiguió su propio ritmo. Bien vale la pena leer esta obra y redescubrirnos entre sus líneas.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Entrevista a Leonardo Alezones Por Richard Sabogal

Leonardo, para este primer trimestre del año te será publicado un poemario, antes que nada cuéntame ¿Qué es Amalivaca, de donde proviene ese título? 

Amalivaca es el aspecto de Dios cuando creo el mundo en la cosmogonía indígena venezolana, el título me atrapó, ya que, el libro originalmente tenía un titulo muy largo, y no representaba lo que el libro plantea como vuelta al origen a través de portales situacionales que muchas veces no deseamos atender por nuestra doble moral, no debe entenderse como un libro destructivo, sino como un llamado de conciencia. 

¿Y que relación tiene con tu poemario? el contenido no tiene mucho que ver con el concepto Amalivaca

Bueno el poemario es un grito, una invitación a mirar, a despojarse de temores y cómo te digo un viaje de retorno, probablemente la relación de los textos con el titulo, tenga que ver más con un llamado a que volvamos a ser una tribu, con que no nos desvinculemos de nuestras realidades, que por el contrario nos avoquemos a ellas, con la humildad que tuvieron los moradores originales de estas tierras.

Tu poesía se caracteriza por tener ese tono fuerte, no agresivo, pero tu no buscas poner el dedo en la herida, tu pones el dedo en la herida y hurgas pero ¿no crees con este poemario te pasaste?

No lo creo, si algo está pasado de tono en el libro es a causa de la situación social que estamos viviendo, está pregunta me la hice muchas veces mientras lo escribía, a lo que me dije si sucede en el plano de la realidad ¿quién soy yo para no cantarlo? Cerrar los ojos enfrente de un precipicio jamás evitará que la caída deje de ser dolorosa, además la intención del libro no es el escándalo, más bien llamar a la reflexión, por medio de la denuncia, la palabra es un arma, un medio de transformación, apartando esa característica todos los poemas no tratan sobre temas sociales desgarradores, hay mucho de amor, de lo que es el oficio del poeta fuera de lo que es utilizar la belleza en las palabras por si misma.    


¿Qué poetas o escritores influencian a Leonardo Alezones? 

Pienso que Teófilo Tortolero es el poeta nacional que más me ha influenciado desde la primera vez que lo leí y que tenemos una deuda histórica con él en cuanto a lo que debería ser la difusión de su obra. Foráneos el siempre iluminado Rimbaud y Paul Eluard entre muchos, para escribir se tiene que leer mucho, se podría decir que es una máxima, pero el ejercicio de la escritura se debe conjurar con la existencia, es una forma de habitar la tierra y amar lo que está en ella.


Volviendo al libro ¿Por qué afirmas Amalivaca tiene algo de psicodélico y es una especie de homenaje a la generación beat americana? 

Bueno en este libro me permití, bastante de holgura, en cuanto a temas y estilo, obviamente no se trata de una obra que intente ser “beat”, pero digamos que dentro de esa corriente quise incidir más en lo que es la poesía como brazo de protesta y siento que la libertad que practique, tiene que ver algo con lo que fue esa brecha generacional de los años sesentas. No quise hacer un libro de una belleza tonta que se justificara a sí misma. Sé que hay gran descontento en las bases y deseo que mi pluma no sea ciega ante ese hecho.




“Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro” esto lo dice Octavio Paz; ¿Buscas darle un mensaje a tus lectores o escribes para ti plasmando en la hoja lo que no sabes llevas dentro? 

Busco tener una mayor conexión con mi vida y que ese hecho me permita transformar o impactar la realidad de otros positivamente. Digamos que de por sí, el estar vivo es un milagro. Yo solo quiero estar conciente de ese hecho y defender cada uno por pequeño que parezca.

¿En qué forma ha influenciado la poesía de Leonardo Alezones en usted?

Me ha ayudado a descubrir una disciplina que jamás imaginé en mí. Siempre me he considerado una persona disipada.

¿Cuáles son tus musas, en quien te inspiras para escribir?

Es curioso lo que preguntas, creo que soy un nostálgico que quiere revivir las glorias pasadas y dar a entender que las veo presentes, pero no las miramos con la misma intensidad. Es la resurrección, el camino de la infancia, me inspira mucho la mujer y la ruta que debe defender en la existencia y creo que jugaran un rol fundamental dentro de lo que sigue en nuestro camino a la evolución.  La naturaleza y sus fuerzas.

¿Quién o quiénes son las musas de Amalivaca? 

Es curioso lo que diré, pero algunos de los poemas están inspirados en escenas de películas comerciales, de esas que muchos poetas no admitirían ver, pero que yo disfruto desde mi lado infantil, como por ejemplo las de Marvel, siento fascinación por el Comic, Mi madre, mi abuela materna, el llano venezolano, la vida ascética, los ángeles, los santos, la rebelión de las masas, el cigarrillo. Las costumbres de mi pueblo y todo lo que eso engloba realmente; no como indefensión ante culturas extranjeras, sino como disfrute de los sentidos.


¿Qué le quieres decir a los que vayan a leer Amalivaca, les recomiendas un lexotanil antes de leerlo?

Les recomiendo que sean un poco más abiertos con lo que se supone que es la poesía como arte, muchos piensan que esto es el oficio de ridiculizar la realidad; si leen este libro se darán cuenta de que una persona del mundo escribió muchas cosas que a ellos les gustaría fueran plasmadas. Como el descontento por ejemplo; El miedo, las adicciones, la crisis social, la manipulación y enajenación a la que estamos siendo sometidos constantemente.

lunes, 23 de enero de 2012

Poema De Elí Galindo

LAS CASAS MUDAN DE PIEL


Las casas
como las serpientes
mudan de piel


A lo largo del campo
bajo los remolinos del verano
las delgadas paredes
apenas ocupan espacio
el techo recibe cielos que pasan
y rodean lo visible


Lagartijas resbalan por el piso desierto
de las fisuras se levantan aquellas plantas
que nada desean del hombre
El terreno perdido
trozo a trozo regresa


Donde galopaban
caballos imaginarios
y tantos jinetes chillaban al caer la tarde
sólo se ve un rebaño de puercos
hozando


Las ruinas olvidan su antiguo estado
harapientas
semejantes a plumaje de ave de rapiña
ruedan aquí y allá por el suelo


Encogidas en medio de las fuerzas de la tierra
enfermas
han cambiado de lugar
como serpientes
han mudado de piel


Una vez decididas
los muros se derrumban ante sus pasos


Ni a la voz humana obedecen
Sólo las detienen las flores
cuando hay flores 

jueves, 19 de enero de 2012

Juan Manuel Carrasco. Poeta Con Mirada De Caleidoscopio.

Si se ha de elegir una herramienta, frente al autor que nos ocupa y su juego poético, planteado con reiteración en este título, será preferible desdeñar la azarosa lupa, y tomar un caleidoscopio, ya que, en nuestra mirada, no habrá sitio para hurgar lo que el autor ha sostenido con gran coherencia durante estas páginas. Juan M. Carrasco D. ofrece en su primer libro una calidad que sobrepasa las primeras impresiones. Caleidoscopio, porque nos permite girar como huesos, que él mismo asevera como materia del poemario. Dichos giros, gritos sobre el abandono y la soledad, coqueteos con la locura para revestir la pureza de un verbo habitado desde la razón, contrastes, o el hecho de atreverse, en la vocación del poema corto, al simple yacer de las cosas, con la complejidad de que no necesitarán nombrarse.

Va y viene constantemente sobre las palabras, como una suerte de oleaje, donde reconoce en el acto de la creación a un Dios que a ratos lo llena de gracia para luego abandonarlo, retrato vivo de su rostro y de la crisis de humanidad de nuestros tiempos. Se trata de un ser que lo eleva a las cimas del pensamiento, sobre un par de alas que luego se le hacen inasibles por voluntad del poeta mismo y lo hacen caer con una fuerza más que merecida sobre lo que vive, y me atrevería a decir que, planteado en la escritura, se resuelve dicho juego con más que una interrogación.

Sobre nosotros mantiene un vértigo, una suerte de verdad intuida, tensa el hilo de su cordura en busca del contraste que revele la más pura esencia, por dado que dicho hilo fuera una cuerda para entonar vibraciones de descubrimiento dirigidas a la carnosidad de la oreja o hasta fundirse como los paisajes sobre los que pinta.

La imagen llevada con cuido, pero Huesos sublimes y otros poemas Juan M. Carrasco
expresando un desdén, una burla que de pronto se ha vuelto una ceremonia muy alejada de lo común, para lo cual basta su mirada iluminadora, un juego de lentes gastados orgánicamente y cuya sobreposición lo repone anímicamente en el ejercicio del oficio. Carrasco nos demuestra en esta primera entrega que supo partir del origen poco remoto de su cotidianidad, para ofrecernos en su habla un tenue y albo resplandor que lo acerca a lo universal, casi con el mismo gusto de lo lisérgico, de lo que en nuestra geografía vendría a ser un poeta beat, con mirada de caleidoscopio.

   


DE HUESOS SUBLIMES



VI
A Luis Araque
La otra poesía:
la que no se teje en las miradas
la que se embadurna de ron y smog
la que canta su grito diario
desde el otro extremo
de esta rara ciudad







XVII
A Alcides Rojas
Las voces detestables
de la locura
no tienen asidero
en mi carne
ni en mis huesos

Soy el sublime atajo
a la razón
insospechada risa
candente armonía
sueño fugado
reino depuesto

Despierto
y sospecho del eco
de un grito
escrito en la pared

Temo quedarme
dormido otra vez






CLAUSTRO

Siempre que me siento a escribir
                                            [voy soltando la mano
las palabras se aglomeran
buscan una salida                 no la hallan
y entonces se ponen a llorar
no quieren quedarse dentro de esta cárcel
que las somete a duras revisiones.
De repente se abren la compuertas
cadapalabraempieza a
salirdemaneratropelladanosecontienen
niensímismas
nadie es tanafortunado para descubrir
quéencubren o quédirán ante el papel vacío
esa otra cárcel quelascontendrá
infinitamente
dirpersadasporsuscuatro esquinas
Ellas no saben desconocen su rumbo
es un vórtex blanco
                                un espejo
y de allí saltar a los ojos de cualquiera
y volver a encerrarse.
No seré yo
sino otro que no siendo
reproducirá en sí
mi revisoria prisión.